jueves, 26 de mayo de 2011

La voz de la timba..Aramis Galindo

Música Cubana

Aramis Galindo pertenece a esa raza de cantantes que aparece en extinción en la música latina pero que en Cuba abunda. Por lo tanto, hay que deducir lo bueno que debe ser un sonero que ya se ha hecho popular en la propia »cuna del son«. donde la competencia es fuerte para ganarse el reconocimiento del público.

El ex-baseball player que nació en la provincia de Matanzas y que en la isla pocos saben que se apellida Galindo, lo conocen simplemente como Aramis, temprano juró convertirse en un gran sonero y comenzó a cantar en varios grupos, pero su graduación la obtuvo cuando integró la orquesta del maestro Adalberto Alvarez y fue ganando la aceptación del público.

Cinco años cantó con Adalberto Alvarez en diferentes escenarios del mundo e integró el legendario Dream Team Cuba, hasta que hace unos meses decidió formar su propia banda, que también es de son y una que otra timba sin olvidar sus raíces rumberas de la tierra que lo vió nacer.

He aquí su primer albúm »Esto tiene Cohimbre« … Pocas veces tenemos la oportunidad de escuchar una auténtica voz parida de la transculturación; se mezcla la agonía del negro con la agonía del flamenco para deleitarnos de una rítmica y cubana gozadera.

En este disco, que recoge lo más autético de la sabrosura cubana, está presente Aramis Galindo (¡ qué canta muy lindo!). He tenido el honor, en muchos eventos, de trabajar con Aramis cuando formaba parte de otras orquestas famosas. Ahora que tiene su propio trabajo y, valga la redundancia, lo demuestra en este disco, podemos decir que es un cantante con letras mayúsculas.

José Luis Cortés »El Tosco«

Imperdible : La Habana y sus sitios de la música


Por : Félix Contreras

Cuando se habla de sitios habaneros vinculados con la música, uno de los obligados a mencionar es la Playa de Marianao. Rica y variada es la historia del mítico lugar al este de la capital, sobre todo en las décadas 40 y 50.

Con la actividad turística que se inicia en la isla en los primeros años del siglo 20 comienza su auge la Playa de Marianao; surgen en la zona el Casino de la Playa (asociado al Jockey Club Corporation de Estados Unidos) en febrero de 1922, poco después el Hipódromo de Mariano, el Country Club Park, el Cabaret Tropicana, el Teatro Blanquita (6.700 lunetas) en 1949 y muchos lugares más que aumentan el interés por estos parajes más allá de las deliciosas aguas de sus playas.

Claro, estamos hablando de sitios de la hight, de la alta sociedad pero, alrededor, en la periferia, se levantan otros de no menos celeridad, y donde la música cubana se desplegó a los cuatro vientos borrando clases sociales y etiquetas; danzones, boleros, blues, guarachas, mambos, chachachás, jazz y rumbas que se juntan arriba y abajo.

La prensa anunciaba, por ejemplo, "el pasado domingo durante la acostumbrada comida bailable del Country Club de la Habana brindó un animado y nutrido party el conocido banquero Juan Gelats", o, "Punto e reunión de la sociedad habanera y de los turistas que nos visitan, es el Casino Nacional". Pero, también, "La noche de ayer la pasó el actor norteamericano Marlon Brando bailando y tocando el bongo en uno de los humildes cabarets de la Playa de Marianao".

Y es que realmente la verdadera música cubana no estaba en los clubes de la gente rica, sino en el Kiosco de Casanova, donde había tocado por primera vez en La Habana Félix Chapottín con el Septeto Orquídea de Guanajay, en El Niche, donde en los años 30 y antes que el famoso Chori, tocó los timbales Marcelino Teherán, en El Pompilio, en La Choricera, El Ranchito, el Pennsylvania, La Taberna de Pedro, Los Tres Hermanos, y, por supuesto, El Chori, donde alcanza celeridad por su estilo y gracias en su instrumento Silvano Chueg Hechavarria, alias El Chori.

Eran visitas frecuentes en estos establecimientos "de mala muerte", tan populares el ya mencionado Marlon Brando, Agustín Lara, Imperio Argentina, Cab Calloway, Gary Cooper, Toña la Negra, Ernesto Hemingway, Maria Félix, Josephine Baker, Errol Flinn, y otros muchos famosos del mundo.

Es innecesario decir, por obvio, que por esos bares, cantinas y cabarets pobretones, pasaron músicos y cantantes de gran valía, de destacado nombre en años posteriores que nunca olvidaron que en la Playa de Marianao tuvo la música cubana otro de sus tronos.

La Playa de Mariano comienza su primer auge con "El Niche, El Pompilio, La Choricera, Cabaret Pensylvannia, Bar Jaruquito, donde le permitían a Manuel Corona dormir en la trastienda, y donde muere en 1950; lugares inmortalizados por los timbales de El Chori, por cierto, nunca se habla de su gran rival allí, Marcelino Teherán, también destacado timbalero. Pero, Mariano tuvo también allí con el Septeto Esmeralda; bueno, la zona contó también con lugares chic, de lujo, como Country Club, Biltmore, Casino Nacional, que gustaban de los jazzband como Aquintos Orchestra, Casino de la Playa, Riverside, Hermanos Palau...

Después y más aca, al centro de La Habana, tenemos el Café La Diana, lugar preferido por músicos famosos como Antonio María Romeu que allí solo hablaba, por supuesto, de danzones; el popularísimo Cabaret Marte y Belona, en Amistad entre Monte y Estrella, donde aprendían a bailar los habaneros, donde comenzó su leyenda la Sonora Matancera recién llegada del Yumurí, y muy cerca, también en Amistad, el Restaurante Toledo, favorito del maestro Gonzalo Roig y donde muchas veces imaginó canciones y escenas de zarzuelas, almorazando aquellas paellas y cocidos madrileños que adoraba; ah, y donde comenzó a fajarle a Ziola Salomón, su última mujer. Siguiendo en Centro Habana, en San Miguel teníamos la Sociedad de Torcedores, y ya sabe, decir tabaqueros es decir buenas, buenas orquestas, bailes; allí, entre otras muchas actividades, se celebraba todos los años la fiesta de la canción organizada, nada menos que por Marcelino Rapindey Guerra, y Julio Blanco Leonard: qué pareja.

Cerro, Cerro Tour tocaba Niño Rivera en la década de los 40, Por un Cerro mejor, danzon de Antonio Sánchez Musiquita.

Ningún barrio habanero carece de sitios entrañablemente vinculados con la música, y para probarlo ahí está Cayo Hueso, dónde nacieron Juan Antonio Jo Ramírez Fantasmita, Vicentico Valdés, Omara Portuondo, Ángel Díaz, Aída Diestro, el movimiento del filin.

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