lunes, 24 de julio de 2017

¿La hora post de la timba?

Giraldo Piloto siente que ha llegado la hora de renovar el entramado timbero en función del gusto actual de los bailadores.
Giraldo Piloto siente que ha llegado la hora de renovar el entramado timbero en función del gusto actual de los bailadores. Al frente de Klímax desde su fundación algo más de dos décadas atrás, acaba de someter a la consideración del público el álbum Mis 21 años (Egrem), con un repertorio integrado por 12 piezas en las que recorre diversas matrices de la música popular cubana, unificadas bajo el denominador común de un particularmente intenso tratamiento orquestal.


En términos de ritmo y timbre, el actual ropaje de Klímax pareciera un paso lateral en un panorama donde los acentos fuertes de la timba han predominado. Pero si se presta atención, Piloto no ha hecho más que ser fiel a sí mismo, a lo que comenzó aportando a la banda NG, de José Luis Cortés en sus orígenes, y al despegue de Issac Delgado.
Hay piezas de puro linaje timbero –si nos ponemos de acuerdo en valorar el fraseo incisivo de los metales, el tupido tejido de la percusión y la dinámica de las voces solistas y los coros–, como Un juego de manos, con Carlos Calunga, reviviendo sus días en la agrupación antes de incursionar con el Trabuco de Manolito Simonet  y una de las versiones de Buenavista Social Club; Mami, a cargo de Dayán Carreras, conocido por su labor con Pupy y Los que Son Son; y, sobre todo, ¿Qué me vas a hacer?, con la explosiva Tania Pantoja; y Por qué no, en la que Yenisel Valdés y Brenda Navarrete desplieguen los tópicos de la aludida corriente de la música bailable.

Pero están esas otras obras donde el son deriva a una expresión salsera sofisticada, mediante variantes que dan cuenta de la profunda conexión del autor y director musical con la evolución del género en la isla: Mi ventana, donde une la característica emisión vocal de Alexander Abreu con la estirpe rumbera de Osaín del Monte; Nuestro amor es un partido de fútbol, con Paulo FG como protagonista; Si tú no está pa’ na’, defendida por Amaray; La chica del horóscopo, en la que sumó al vanvanero Robertón (lamentablemente el video clip es de un sexismo vulgar); y la recuperación, en la voz de Mandy Cantero, de una de las joyas de Piloto, El 443025.
Del bolero a la balada se cruzan dos temas: No imaginé, por Waldo Mendoza, y Grandeza nuestra, que en el arreglo de Demetrio Muñiz y la comunión entre Leo Vera y Pancho Céspedes, cobra altura convincente.

No podía faltar el homenaje a la memoria de su padre, Giraldo Piloto, quien formó uno de los más respetados binomios autorales con Alberto Vera. El clásico Añorado encuentro, que popularizó Vicentico Valdés, trae de vuelta aquella grabación original engarzada a su recreación salsera por Klímax. Una pista para disfrutar.( Por: Pedro de la Hoz, Diario Granma)

Labels